Sí, soy rara.
Puede que sea la única adolescente que sonríe al llegar a su casa.
Que en el autobús de vuelta allí recuerda la motivación de su madre al hacer un ppt y sonríe.
Que recuerda la sonrisa de su padre cuando dicen algo gracioso en la tele y sonríe.
Que recuerda lo viciado que está su hermando a la PSP y sonríe.
Sí, soy rara.
Pero por el momento, esas pequeñas cosas me hacen feliz.
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