Lloro esta noche.
Por impotencia. Por agobio. Por sentir que no puedo llevarlo todo a cabo. Porque sé que no puedo poner mi voluntad en mi favor, no lo he hecho nunca. Porque sé que he de hacer pero sé que no puedo hacerlo, que mi mente juega conmigo y no me deja hacerlo.
Lloro esta noche, lagrimas saladas resbalan por mis mejillas hasta llegar a la comisura de mis labios, con los que se funden o siguen su camino.
Lagrimas saladas de dulce sabor.
Me hago llorar. Y lloro. Puedo evitarlo. Puedo repetirme a mi misma que soy fuerte que no me hace falta llorar. Pero esta noche no tengo ganas de creermelo. Ni ganas ni humor para ello. Por esto mismo me siento impotente respecto a otras cosas. Y lo odio. Pero soy asi. Asi que lloro por mi propia culpa, y seguramente llorare mas en esta vida por culpa mia que por culpa de cualquier persona. Y puede que las lagrimas acaben por tornarse amargas.
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